Esta tarde he estado en el hospital Nisa de Aravaca. En el segundo sótano del área de ginecología. Me ha recibido una señorita muy amable en recepción.
A lo largo de la hora que he tenido que esperar he visto una forma de trabajo, una forma de actuación, típicamente española. De esas de “que se pare el mundo que estoy yo aquí”.
La recepcionista estaba «partiéndose la caja», mientras los demás esperábamos nuestro turno, con un Power point que le habían remitido por mail (estas fechas son muy dadas a este tipo de cosas).
El caso es que un paciente ha llamado por teléfono para pedir cita. La señorita, muy amablemente, le ha dicho que esperara un momentito.
Entonces ha dejado el teléfono a su lado y ha continuado viendo el Power Point retorciéndose de las carcajadas junto con una enfermera que, ociosa también, se reía a su lado.
Cuando han terminado de secarse las lágrimas y de comentar los mejores momentos la señorita se ha aclarado la garganta y muy seria ha cogido el teléfono diciendo: «perdone que le haya hecho esperar, dígame que día le viene bien venir a la consulta».
Yo no salgo de mi asombro. Para esta señorita, en su trabajo, es más importante echarse una risas que coger el teléfono y dar fecha y hora de cita a los pacientes.
Y es que como suelo decir, cuanto más vivo en España más quiero irme al extranjero.
EMPRE|TEC 
quiero pedir cita con doctora trimiño para el mes de mayo